En México, un trabajador de 29 años llamado
Demian Santos fue despedido por el sistema de parquímetros de la ciudad de
Monterrey. ¿La razón? Días antes se cambió de nombre y género sexual y lo
legalizó en sus documentos de identidad.
Santos contrató a un abogado laboral y denunció
al municipio de Monterrey por despido injustificado. Tras nueve meses, el chico
trans ganó el caso. El 08 de noviembre recuperó su empleo y sentó
jurisprudencia en el Estado.
“Se necesita un buen abogado laboral para
ganar un caso… se necesita uno bien chingón para ganarle al gobierno y yo tuve
la buena fortuna de encontrarme con uno en mi camino…”, escribió en su cuenta
de Facebook.
En este caso, fue factor fundamental la
asesoría de un buen abogado laboral. ¿Y en el Perú? Si bien existe
discriminación por la orientación sexual, aún no hay casos que alguna persona
haya demandado a una empresa o al Estado en el Poder Judicial.
Hay denuncias públicas, como la realizada
el 2015 contra el jefe de rayos X del Hospital Eleazar Guzmán Barrón de Nuevo
Chimbote, Ancash, por ofender y discriminar a un enfermero técnico por su
orientación sexual. Según la acusación, el galeno pidió la expulsión de su
puesto laboral “por ser inmoral”.
Casos como este hay muchos, sin embargo,
las víctimas prefieren tranzar antes de iniciar un juicio.
Al respecto, la legislación peruana señala
que si un trabajador es despedido arbitrariamente, puede solicitar la ayuda de
un abogado laboral, quien lo orientará a buscar las mejores soluciones legales.
El inciso D del artículo 29 del Decreto
Supremo N° 003-97-TR señala que: Es nulo el despido que tenga por motivo: La
discriminación por razón de sexo, raza, religión, opinión o idioma.
Para ello, tiene que demostrar que su
despido no tiene una causa justificada y emplazar por escrito a su empleador
antes de realizar cualquier demanda judicial.
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